domingo, 30 de septiembre de 2007

LA ERA DEL "CHIP"

Pensar que hace menos de 10 años no nos imaginábamos lo que era estar conectados 100% todo el día. Sí, hablo de los celulares, de ese CHIP que llevamos en la cartera o en el bolsillo como una “marca personal”.
Hoy por hoy es muy común, es más, nos parece imposible concebir la idea de no tenerlo. Pero ¿Cómo vivieron o mejor dicho, sobrevivieron nuestros abuelos y padres sin celulares? ¿Cómo se comunicaban?Si a un niño de primer grado le enseñamos a escribir una carta, lo más probable es que nos pregunte, “¿para qué quiero saber yo eso? Si le puedo mandar un SMS o un mail…”
A lo que nosotros nos quedamos absortos. Porque a nosotros sí nos enseñaron a mandar cartas. Es más, nosotros no nacimos con el CHIP bajo el brazo, tuvimos que aprender qué era un mail, una página, un SMS y los múltiples usos del celular. Nos entrenamos, y los más jóvenes tratamos de transmitirle esos conocimientos a nuestros padres para que no queden fuera de “la era digital”.
Celular ¿Divino tesoro?
Nunca me voy a olvidar de la propaganda en que una nena de 4 años decía “lo importante es el chip, mamucha”; mientras un celular yacía en el fondo de una pecera, aún expeliendo burbujas.
Ahora, lo que yo me pregunto es lo siguiente; ¿lo realmente importante es el chip???No niego los beneficios que ofrece el celular: como la comodidad de poder estar en contacto en cualquier momento; la seguridad de que uno pueda utilizarlo ante una emergencia; la sensación de no sentirse solo, porque aún con mensajes de texto podemos estar acompañados; y la certeza de que en él encontramos MP3, cámara de fotos y hasta juegos.
Pero, por otro lado, debemos ser conscientes de que ese aparato que parece que tanto nos da, también nos quita; nos vuelve sus esclavos; nos corta la libertad, para ejercer un control ajeno a nosotros mismos.
-“¿Dónde estás?”- es una pregunta clásica de cualquier madre de un adolescente.
O la típica novia celosa…
-“Te llamé a la oficina y me dijeron que saliste”.
- “Sí, salí un rato antes”.
- Pero te llamé también al celular y NO me atendiste”.
- (gulp…)
Tampoco debemos olvidar: cargar el celular, para que esté disponible cuando lo necesitamos; cuidarlo y siempre atenderlo.
Ya nada es como era hace 10 años…y nunca más volverá a serlo. Es más, cada año, cada mes, las tecnologías avanzan a un paso vertiginoso, lo que debemos decidir es si seremos parte de esa vorágine o si permaneceremos fuera de ella.
Verónica. Alumna del Seminario.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

hola veronica!! me parecio interesante el texto, y coincido con vos que hoy en dia todos estamos conectados con el "chip" y que no es como antes. Considero que ser parte de ella, tiene sus ventajas y una de ella es: " estar mas comunicados que en las epocas de nuestros abuelos" como bien señalas en el texto. Por este motivo considero ser parte de este voragine.

Anónimo dijo...

Yo creo que durante mucho tiempo fui enemiga de los celulares, me pareciá que me perturbaban y quería conservar mi libertad pero en este momento siento que mi celular me acerca a los seres más queridos ( en modo especial cuando viajo o tengo inconvenientes de tránsito) Bienvenido el celular y pensemosómo los podemos incorporar en nuestras prácticas docentes....Lucía( profesora de Pedagogía

Vero dijo...

Cristina, está bien que decidas ser parte de estA vorágine. Yo en ningún momento dije que había que tomar partido por una u otra postura, simplemente las dejé ver.
Por otro lado, creo que hay cierta gente que nació para ser esclava de la tecnología; mientras que otros optamos por dominarla sacando provecho de ella, obviamente desde un lugar muy diferente al del "hombre masa".
Verónica. Alumna del Seminario y Lic. en Comunicación Social - UBA.