Para el próximo año, una empresa planea vender robots con aspecto humano
Se fabrican en Estados Unidos, costarán 3 mil dólares y su único fin será el entretenimiento. Las cabezas pueden realizar gestos y muecas y están realizadas con un compuesto que imita a la piel humana.
AMIGO. "Albert Hubo", la versión robótica de Einstein, extiende los brazos en señal de amistad.
Mientras en Japón ya hay robots que ocupan el puesto de recepcionistas, el ingeniero estadounidense David Hanson piensa lanzar el año que viene al mercado robots con apariencia humana, a un costo de 3 mil dólares. Hanson, que comenzó su carrera como artista y trabajó para el Laboratorio de Ingeniería de Disney, dice que su obra "impone un desafío de identidad al ser humano". "Producir robots realistas va a polarizar el mercado", agregó. " Hay gente que le encantará y otra que se sentirá muy incómoda". La compañía de robótica de Hanson, en Dallas, es la otra cara de una industria enfocada en la producción de robots más humanos en su interior. Hanson produce "robots de carácter conversacional". En esta línea está el " robot Einstein" con un parecido escalofriante al famoso científico. Tienen cabezas de apariencia humana con un material de textura epidérmica que él inventó y que se llama Frubber. Funcionan a pilas, caminan y son expresivos, pero desde el cuello hacia abajo no parecen nada humanos. La gente responde mejor a los robots mientras más se asemejen éstos a los seres humanos, pero pueden sentirse inquietos si la semejanza es demasiado precisa. La compañía espera producir robots de 60 centímetros, con cabezas de apariencia humana, que puedan bailar, hablar y reconocer rostros.
Emilia, Laura y Jesica (alumnas de seminario)
Se fabrican en Estados Unidos, costarán 3 mil dólares y su único fin será el entretenimiento. Las cabezas pueden realizar gestos y muecas y están realizadas con un compuesto que imita a la piel humana.
AMIGO. "Albert Hubo", la versión robótica de Einstein, extiende los brazos en señal de amistad.
Mientras en Japón ya hay robots que ocupan el puesto de recepcionistas, el ingeniero estadounidense David Hanson piensa lanzar el año que viene al mercado robots con apariencia humana, a un costo de 3 mil dólares. Hanson, que comenzó su carrera como artista y trabajó para el Laboratorio de Ingeniería de Disney, dice que su obra "impone un desafío de identidad al ser humano". "Producir robots realistas va a polarizar el mercado", agregó. " Hay gente que le encantará y otra que se sentirá muy incómoda". La compañía de robótica de Hanson, en Dallas, es la otra cara de una industria enfocada en la producción de robots más humanos en su interior. Hanson produce "robots de carácter conversacional". En esta línea está el " robot Einstein" con un parecido escalofriante al famoso científico. Tienen cabezas de apariencia humana con un material de textura epidérmica que él inventó y que se llama Frubber. Funcionan a pilas, caminan y son expresivos, pero desde el cuello hacia abajo no parecen nada humanos. La gente responde mejor a los robots mientras más se asemejen éstos a los seres humanos, pero pueden sentirse inquietos si la semejanza es demasiado precisa. La compañía espera producir robots de 60 centímetros, con cabezas de apariencia humana, que puedan bailar, hablar y reconocer rostros.
Emilia, Laura y Jesica (alumnas de seminario)
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